So..

So..
So... Let's rock?

jueves, 30 de octubre de 2014

Personalidad armada

Odio el ser dulce y sensible en que me he convertido; odio la fragilidad que me envuelve, el sentimentalismo que irradio y la suavidad que expongo.

Extraño ser dura, ser injusta, las malas palabras y la libertad desvergonzada. Extraño sentir la piel, estimular su sudor, romper los limites mientras realizaba daño consentido. Amaba quebrarme hasta vibrar.

Ser como en realidad soy es algo que la sociedad no permitirá que suceda y me detesto, realmente me detesto por dejarlos sentenciar.

martes, 21 de octubre de 2014

Beatriz

Estábamos ahí, en ese momento cúspide, amándonos sin medida con el sudor en vapor y la magia en blanco. El cuarto era azul, la lámpara gris y el retrato de mi esposo me miraba desde la cómoda, me susurraba "Adultera" a velocidad media, como si aún anduviéramos en la época del cliché. ¿Quien es este hombre (Que definitivamente no es mi esposo)? Es una larga y aburrida historia ¿Que si lo quiero? Tal vez, tal vez lo ame a través de mi autovanidad (Le llevo 15 años) o pueda que realmente todos los detalles y palabras bonitas me hayan tocado suavemente mientras me llevaban al borde; existe la probabilidad, lo admito.
¿Por qué no separarme? Me gusta la estabilidad, si.. estoy comenzando a pensar que poseo demasiada chuchería de plata, que la ropa me esta ocupando mucho espacio y que las casas de playa, con un clima tan impredecible como el nuestro, ya no son tan funcionales como lo solian ser pero amo mi vida, es decir.. no conozco otra.
Para, no me juzques, tengo 46 años (Me veo como de 34, lo sé) no hay muchas cosas que pueda hacer, he trabajado antes pero volver a ese ritmo después de muchos años de alto mantenimiento y estabilidad sin esfuerzo me sería muy difícil empezar de nuevo.. y de cero.
No, no, no me mires así...  No me vengas, querido lector, con esos pensamientos de "Cuando amas a alguien, vale la lucha" y no, tampoco con "La edad no importa tanto" porque ambos sabemos que si lo hace, que siendo yo mujer y la mayor me da una desventaja increíble, estoy consciente que físicamente estoy mucho mejor que muchas de 20 y que la madurez atrae pero nuestra superficie engloba más que eso.
Él ha sido un panquesito conmigo (No, no vale reírse), tan dulce y tan atento; pero admitámoslo, soy una señora casada con una cantidad alta de dinero, con un físico increíble y con años de experiencia sexual (Alimentemos aún más mi vanidad y concluyamos que es uno de mis más gratos talentos)  debe estar aquí, encima mío, solo por eso.
Esta bien, tienes razón; no le he otorgado tantos regalos ni él me los ha pedido, en realidad él se esmeró dándome algunos que me tocaron profundo, porque salieron de su propia y dulce voluntad.
Y estoy llorando, y él para todo para preguntarme que está pasando, y me doy cuenta que lo amo, y me aterra, y tiemblo y él me abraza y me susurra "Yo también" y yo... yo le quiero decir que lo dejo todo, que lo elijo a él ante mi comodidad, ante mis años, que corro el riesgo, y él lo entiende con solo mirarme  y sonríe y... mi esposo enfurecido entra al cuarto, me insulta, no deja de golpearlo y se me cae el mundo.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Mike

Fumando mi primer cigarrillo, de mi segunda caja en esta noche reflexiono, pienso en todo lo que he vivido; lo cual engloba las circunstancias, las decisiones que he tomado y las consecuencias de estas. Vaya, he tenido unos años muy aburridos, siendo el promedio, el amigo ideal y el hijo adaptable; vaya, mis novias también no han tenido nada especial, solo chicas de casa, inocentes y muy obedientes. Conocerte fue un gran alivio; le diste color a mi rutina, una gran aventura para este año pero no era suficiente, ya te lo expliqué antes.

Tratar de conquistarte fue todo un reto, uff sí que me esforcé, era divertido.. al principio claro, porque tus amables rechazos y evasivas hacían todo esto aún más interesante. Luego de un tiempo dejó de ser divertido, mi paciencia se agotó así que pensando que tal vez debería rendirme calculé y medité en mis opciones; llegué a la conclusión de que si desistía de ti volvería a la monótona existencia que poseía antes... Me rehusé a coger esa opción. 

Analicé mis razones, ya sabes para no caer en el mismo saco psicópata que el resto de mortales, entendí que yo te convenía, que te darías cuenta con el tiempo, que no hay nadie mejor que yo y que solo necesitas un empujoncito... Hey, hey, esa muñeca rota es culpa tuya por retorcerte tanto, si hubieras sido obediente y hacías todo lo que yo te decía no hubiera pasado, aunque claro eso hubiera sido aburrido y tú, querida fierecilla, eres de todo menos aburrida.

Sé que debes estar pensando que te encontrarán pronto, debes tener la esperanza de que saldrás de aquí ilesa para que tu caótica y sensual vida sea como siempre ha sido: anormalmente perfecta, pero.. tengo malas noticias cariño, pensé mucho las cosas y me puedo jactar de haber cerrado todo los cabos; con respecto a lo de "Ilesa" bueno, a pesar de todo soy un caballero, hay cosas que deberían fluir solas y después de estudiar a fondo el vagamente conocido "Sindrome de Estocolmo" confío en que el resto sucederá en su momento, aunque claro mi paciencia tiene un límite, eventualmente se agotará, pero tienes tiempo así que tú decides, por ahora.

Esta pequeña prisión no será tu cuarto por siempre, cuando aprendas a comportarte un poco mejor te llevaré al verdadero, te encantará la decoración, yo lo sé y si no.. uhmm supongo que podemos hablarlo. Para esta noche habrá de cenar pizza, sé que cuidas tu figura pero este es el inicio del "nosotros" propiamente dicho y hay que celebrarlo, no creo poder quitarte las esposas aún pero yo te alimentaré a boca, cuidaré de ti muy bien ya verás y sé que cuando por fin te las quite lo primero que harás será abrazarme tan fuerte como siempre he querido que lo hagas. No, no... no te pongas violenta o la pizza de hoy será lo único que comerás en días, bien.. así.. chica inteligente, respira y no te retuerces tanto que tú sola te harás daño, no me molesta que luches pero recuerda que tienes la muñeca rota.

(sonriendo profundo)

Ay Alessandra, sé que harás de ésta una maravillosa aventura.