-Lo respeto-. Dije,
Alyssa voltea a mirarme. MIA, grita una voz dentro mío.
-Deberia irme-. Hace el ademán de coger su cartera pero en el camino tumba un vaso, este no se rompe. Le agarro la muñeca. MIA, la misma voz. Ella alza la mirada y la besó como si quisiera ahogarla, como si me molestara que respire. MIA. Se intenta ir
-.No me puedes hacer esto, nosotros quedamos en que no..- la beso de nuevo, me resuena el piso, la casa y la tierra. ¡MIA!
-Si estuvieras bien con él no estarías aquí-.
Me empuja, di en el clavo; en su intento de escapar choca de espaldas contra la pared. ¿Siempre se le notaron los pezones con ese polo?.
-. ¿Te acostaste con él?-
-. No tienes nada que reclamar-
Me gira el espacio, me voy contra ella, la beso, la muerdo.
-.Me has roto el corazón - y ella, a ella se le escapa una sonrisa
-.Nada que reclamar-
MIA, MIA, MIA.
-Yo no estuve con nadie- el trago me quitó la pena, el orgullo y el ego pero veo en su cara que no me cree, no la culpo. Suelta un gemido y aún no le he levantado el vestido.
Estamos borrachos, el trago no me deja pensar. MIA, MIA, suena cada vez más fuerte. ¿Quien es él? ¿Lo conociste después?. Me hierve la sangre, la levantó hacia mi, empiezo a caminar.
Ya en mi cuarto la empotro contra el armario, me mira todo, con hambre. ¿En que momento me quite la ropa? Le quiero arrancar el vestido, alza la mano y me quedo quieto, se lo quita suavemente. ¡MIA!. Mira alrededor, quiero seguirle la mirada pero sus pezones están tan duros, siento que puedo caer ante esos pezones.
La apretó hacia al armario con más fuerza, está truza está de más. La arranco.
Me hundo en ella, ¡MIA! ¡MIA¡ ¡MIA!, Quiero más, no me es suficiente, esos gemidos son encantadores, entro y salgo cada vez más rápido y no me es suficiente. ¡MIA!
-.¿Que pasa? Las otras no te sabían igual- No hubo otras, no hubo nadie, la veo sonreír y me hierve todo, ella sabe, ella sabe. La cargo y la coloco contra el escritorio, se golpea un poco pero no sé queja.
-. Luego no vas a poder dormir, todo esto te va a recordar a mi- La agarro del cuello, se calla, lo estamos haciendo tan ferozmente, no se de donde más agarrarla, no me es suficiente, nada me es suficiente. ¡MIA!
Se suelta, se baja y se va a la cama
-.No te voltees- le digo, me mira de reojo, no me discute, estira los brazos, firmes hacia la cabecera y levanta la cadera. Ella sabe, ella sabe.
No puedo ser amable, no quiero ser amable, la escucho decir "Au" a veces pero no me pide que pare, hasta que se retuerce intepestivamente, paro.
-. Que feos celos- me canta, así que ella sabe, ella sabe ¡MIA¡ ¡MIA! ¡MIA!
-.Si te duele..
-. Hace tiempo que no estamos juntos, por eso.
Me mira por un momento, se vuelve a poner en posición, le llevo las manos atrás y la monto tan frenéticamente, me excita verla así, dice au tantas veces que pierdo la cuenta, es consentido si pero al tiempo la dejo descansar. La volteo para que me mire, no abre los ojos. ¡Mírame! , ¡MIA! , genial, ahora son dos voces.
Me besa la frente , abre los ojos y se encoje debajo mío, su cara inexpresiva como siempre hasta que entro de nuevo. Esta vez no le duele, esta vez la abrazo, ¿Cuanto tiempo ha pasado? No me he venido.
-. ¿Ya se te pasó?- es una pregunta genuina
-.No puedo creer que hayas estado con otro- Le respondo y no dejo de hacérselo, suave pero al ritmo.
-.Tú me dijiste que ya no nos veriamos- Se acabó lo suave, me enojo pero tiene razón, me enojo porque ella tampoco objetó, me enojo porque no ha cambiado mi decision. La primera voz grita ¡Mia! en cada empujón y la segunda ¡Mirame! cada vez que ella cierra los ojos pero yo no puedo parar, cada vez más rápido, cada vez ella me abraza más fuerte, la piel me estorba, creo que le he roto el labio y está tan mojada que siento que no la voy a soltar nunca pero en medio de todas mis emociones me vengo y solo Dios sabe cómo he podido acabar afuera después de verla asentir cuando le pregunté si podía correrme adentro.
-. Por paz mental- Le dije mientras la limpiaba
-. No estoy con anticonceptivos-
-. Lo sé -. Pero no entiendo, si salía con alguien porque no...
-. No hagas preguntas que no quieres respuesta- ¿Por que me conoce tan bien? Me echo a su costado, se duerme mientras la miro, mi cama es pequeña y mi espalda es muy grande por lo que ella tiene que siempre reposar de costado si no se cae al piso como ya ha pasado. Sonrío ante la anécdota.
Tiene las pestañas tan negras y el cabello tan largo, tan abundante, está desnuda en mi cama y se le ve preciosa.
Quiero acomodarme pero siento el cansancio, hace días que no he dormido bien y me está pegando las consecuencias.
Le doy otra mirada, no la quiero abrazar, solo la contempló hasta dormir.
Y dime, mañana cuando te diga de nuevo que no lo vamos a intentar ¿Lo vas a ir a buscar?
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