Sabes? En momentos como este la muerte no me aterra, he llegado al clímax fantasioso que la vida permite, esa coordenada que los incautos solo lo aprecian en las películas.
Lo que tengo es una campana abstracta encrustada en la vista, cuya imagen parpadea bajo un estricto régimen aleatorio. "Nada es para siempre" me susurra y mientras en un tiempo fue la razón de mantenerme sobre mis dos piernas ahora me atormenta.
¿Quien podría volver a la tierra después de haber tocado el cielo?
¿Quién puede evitar jalar el gatillo después de haber conocido la gloria?
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