Mi egoísmo.

-¿Podrías hacerte el favor de dejar de pensar en eso?- Chilló

-Lore ¿Soy tu amigo no? Deberías escucharme atentamente en mis peores momentos- le repliqué

-¿Really? Daniel te reventaste los meñiscos no perdiste una pierna- Rugió. ¿Como podía decirme eso?

-Yo era deportista nacional, una de las notorias promesas juveniles del basket pero ahora solo soy un cojo más, un cojo más que no podrá volver a jugar ¡Ni para el país ni para su propio entretenimiento!- Le aclaré, ella solo permaneció en silencio. Era un día viernes, nos encontrábamos en miraflores saliendo de la universidad y eran alrededor de las 8; había sido una semana demasiado larga.

-El doctor dijo que cojearías por un tiempo. Mira aún existen muchas actividades que puedes hacer como nadar por ejemplo, tal vez tengas un talento oculto en esa área y aun no lo sabes- Ella sonrió; sé que intentaba consolarme, realmente se esforzaba pero era en vano, todo en mi era en vano.

-Lo sé Lorena lo sé, pero me frustra saber que no podré jugar otra vez.. que por una mala caída, provocada por un choque en el aire, mi participación como parte de equipo del país se cerró.- Me indignaba y sentía una mezcla de envidia/rabia al recordar que el otro jugador si podría seguir y yo no, a pesar de que el choque fue su culpa. Ella notó mis sentimientos.

-Ya pues.. ¡No me hagas enojar!-La escuché gritar

- ¿Yo hacerte enojar? ¿Podrías ser una buena amiga y solo escuchar? ¡No te pido que hagas más que eso!- Le grité, pero inmediatamente miré a los costados por si alguien se había percatado del escándalo; estábamos ya en Juan fanning, una avenida semi desierta; habíamos tomado el camino largo, como si inconscientemente hubiéramos adivinado que esta ida al paradero sería mas larga que lo usual.

-¡Oh God! Haz estado así medio mes ¿Que no entiendes que a la gente le pasa cosas peores? ¡Tuviste suerte! ¡Te pudiste haber roto el tobillo.. o la pierna! y con ello cojearías por mucho más que un mes- Ella comenzó a alterarse y, por supuesto, yo también

-Destruyeron mi sueño Lorena ¡Lo hicieron añicos de un solo empujón! ¡¿No puedo ser abierto con mi mejor amiga y expresarle realmente lo miserable que me siento?!- Me irritaba su severidad conmigo ¿Como no podía entenderme? Yo solo quería que me escuchara, que me tendiera una amable mano.

-Puedes hacer mil cosas más Daniel, puedes trotar, nadar, surfear, caminar sin la ayuda de un bastón.. tener todo el wildsex que quieras.. ¡¿Acaso no lo ves?! ¡Deberías luchar para conseguir superar esto, la vida suele ser así de dura!- La escuché, observé como comenzaba a temblar por la feroz furia que mis respuestas le provocaban.

-¡Extraño jugar! Sigue siendo mi pasión.. no lo he podido superar aún y ¡Tú no me ayudas!- Ya no quería hablar del tema, ella no me ayudaba y yo me cansé de discutir.. Quise seguir mi camino pero ella permaneció inmobil, recostada con un hombro sobre la pared; la vi temblar más y más por el enojo, sus ojos ardían.

-Sé que es difícil pero si le sigues dando vueltas al asunto no podrás seguir adelante.. al menos esfuérzate, sigue, lucha por superarlo.(Suspiró)Yo no me sentaré a ver como lloras, prefiero intentar hacerte entrar en razón.  Look, tengo una operación riesgoza la próxima semana y yo no ando llorando por eso.- Su voz aún emanaba enojo pero ella intentaba tranquilizarse, intentaba ser amable; se comía toda esa energía acumulada que peleaba por salir.

-Lo tuyo es operable, lo mio no se quitará nunca y eso.. duele- Susurré. Entonces ella explotó.

-¡¿Really?! Si tan solo dejaras de pensar en lo que no puedes hacer y te concentras en lo que si podrías lograr entonces el dolor se detendría ¡Tu miseria tiene que acabar! No te puedes rendir tan fácil, ¡Si al menos lo intentaras! Tú porfavor.. porfav.. lu...lu... -

Se detuvo entre jadeos, la vi temblar más, más y aún más; ahora ella simplemente no podía respirar y se desvanecía lentamente hacía el piso mientras se llevaba con fuerza la mano al pecho por lo que grité por ayuda; un par de personas acudieron a mi y alguno de ellos exclamó que estaba llamando a la ambulancia mientras yo luchaba por mantenerla consiente, la vi agitarse por desesperación y por un dolor intenso que sus ojos me dejaban confirmar que padecía. Luego de unos segundos se tranquilizó, el dolor seguía, la agitación de su cuerpo continuaba pero ella.. ella sabía, lo sabía y me deletreó con una debil mirada "mamá", yo ya la  había llamado por supuesto pero tanto ella como la ambulancia se encontraban detenidos en el tráfico ocasionado por un insensato ebrio conductor que se había bajado de una mala frenada un farol en la Av. Benavides; la ayuda estaba palmáblemente cerca y a la vez abismalmente lejos.

 Entonces sus, hasta entones, tercas manos dejaron de moverse y solo Dios sabe de donde sacó fuerzas o pueda que simplemente mi confusa mente lo inventó pero con el suave y últimos movimientos de sus labios me rogó "Please fight" (Por favor lucha).

Ella.. ella tenía un soplo al corazón.