So..

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So... Let's rock?

sábado, 21 de diciembre de 2013

Daniel.

Era una fría tarde de otoño, yo llegué temprano a dicha clase de psicología y tú, querido sureño, te habías sentado anormalmente adelante por lo que fueron tus enormes ojos café lo primero que vi al atravesar la puerta. La profesora nos dejó un breve trabajo en parejas para hacer dentro de esas par de horas de enseñanza, fueron tus notablemente distintas respuestas lo que me llamó la atención, cabe mencionar que ese muro alijado que llevas todo el tiempo entre tú y el resto del mundo también me atrajo.

Con el tiempo los tímidos saludos de pasillo se convirtieron en breves conversaciones de cafetería, a veces almorzábamos juntos, siempre realizábamos los dos los trabajos de pareja. ¿Amigos? No, pasamos esa linea el día que amanecí abrazada a tu cálido torso (Aclaro que esa fue la mejor noche de año nuevo que he poseído) ¿Novios? No podría asegurarlo, nunca exigí nada y tú, mi dulce libertino, tampoco propusiste títulos. ¿Te cuento un secreto? amé eso, sin presiones, sin nombres, sin obligación, con pasión.

Ha pasado tiempo desde esa primera noche de año nuevo, 2 años y medio para ser exactos pero te conozco desde hace 4. Este semestre me graduo y no tienes idea como me se me ahueca el alma cada que comprendo que tú no podrás, que te arrebataron el derecho. Pero respiro hondo porque me consuela la idea de que siempre te tendré conmigo, atravezando la mitad izquierda de mi pecho.

Tu madre me pidió que hablara hoy, delante de este conmovedor público al cual le importas lo suficiente para nunca tener que sentirte solo sea donde sea aquella parte de cielo desde donde nos observas. Debo confesar que me agradó comprender que hablabas sobre mi a ella, espero que este relato no la haya desilucionado; no sabía que más decir, que más contar... que mejor que explicar, a esta gente que te quiere tanto, la razón por la cual estabas siempre ocupado la mayoría de fines de semana, los feriados largos y las vacaciones de Junio.. la razón, por la  cual tal vez perdiste precioso tiempo de su compañía, es que me enseñabas lo que era ser feliz.

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